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Nos propusimos hablar de cine, sólo que siete días antes de realizar este número del Paralelo 16, caímos en la cuenta de que no había directriz ni criterios para abordarlo: cine en Chiapas, historia del cine, cine comercial vs cine alternativo o de arte, cinematografía como expresión, películas memorables, ¡puf…!
Al final, decidimos irresponsablemente aventurarnos a hacer un Súper Combo, de tal manera que el lector encontrará arbitrariedad en el conjunto a cambio de algo:
La posible reflexión en torno al cine como una mirada artística que desde su origen se ha erguido a manera de ojo vigilante y cómplice, complaciente o crítico.
Un ojo vouyer que no parpadea y que hoy, a pesar de su circunstancia mercantil, actúa como un cristal en el que todos nos vemos.
El Súper Combo, entonces, viene cargado de palomitas con mayonesa y salsa valentina; litros de refresco gaseoso, cacahuates garapiñados, hotdogs, nachos, barras de chocolate y ningún maldito alka-seltzer para la indigestión: de eso se trata, ¡de atascarse mientras re-pensamos el fascinante acto de sentarnos en una butaca y ver pasar la vida en veinticuatro cuadros por segundo!
Nos propusimos hablar de cine, sólo que siete días antes de realizar este número del Paralelo 16, caímos en la cuenta de que no había directriz ni criterios para abordarlo: cine en Chiapas, historia del cine, cine comercial vs cine alternativo o de arte, cinematografía como expresión, películas memorables, ¡puf…!
Al final, decidimos irresponsablemente aventurarnos a hacer un Súper Combo, de tal manera que el lector encontrará arbitrariedad en el conjunto a cambio de algo:
La posible reflexión en torno al cine como una mirada artística que desde su origen se ha erguido a manera de ojo vigilante y cómplice, complaciente o crítico.
Un ojo vouyer que no parpadea y que hoy, a pesar de su circunstancia mercantil, actúa como un cristal en el que todos nos vemos.
El Súper Combo, entonces, viene cargado de palomitas con mayonesa y salsa valentina; litros de refresco gaseoso, cacahuates garapiñados, hotdogs, nachos, barras de chocolate y ningún maldito alka-seltzer para la indigestión: de eso se trata, ¡de atascarse mientras re-pensamos el fascinante acto de sentarnos en una butaca y ver pasar la vida en veinticuatro cuadros por segundo!
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